La más importante cosa misma a la que el filósofo debe regresar —siguiendo la máxima de Husserl: “volver a las cosas mismas”— es la persona. El regreso a la persona, entonces, no es sólo un auténtico regreso sino al mismo tiempo una verdadera Wende, un verdadero giro o vuelta. La filo sofía de Karol Wojtyla basada en un método cuidadosamente descubierto y explicado en este libro, supera los reduccionismos materialistas y deterministas así como el subjetivismo propio de muchas formas de fenomenología que pierden la inmensidad del mundo del ser, de la verdad, de las personas, de los valores morales y de Dios como realidades que existen en sí mismas y que no pueden ser sino descubiertas y no construidas por la subjetividad humana. De esta manera, el libro Volver a la persona no es el fruto de una teoría pre-construida sino de una teoría basada en la más fundamental y original experiencia de la más irreductible de las realidades: el ser humano como persona. El autor describe este método como constitutivamente abierto y progresivo, lo que ha llevado al propio Wojtyla al umbral de una nueva fundamentación fenomenológica de una metafísica personalista.
